«Una muy bella realización, donde se equilibran, con mutuo empuje, la densidad y tensión de ásperos y rudos sonidos, propios de Juan Antonio Nieto (aka Pangea), con el lado más frío y envolvente del arte del dúo madrileño Oikos. Fruto de este encuentro, surge una obra de fuertes razones y una música de los elementos (tierra, agua, aire y fuego), que suena pura y sólidamente a los primeros momentos de la planetaria creación. Las texturas, trabadas con brillantez, no desdeñan, a más de esto, y a pesar de la tenacidad, un arraigado contenido emocional, frente al fuego de la disconformidad, al agua de la vida, al almacén del tiempo y al vapor de las almas desarmadas. Bajo un cielo oscurecido crecen bosques de humo, llamas arrebatadoras e insectos sedientos hostigados por una lluvia helada. Un magma impenetrable de figuras turbadas, encendidas por una honda luz en el corazón, y un suave oleaje dominando un vaivén de ruido y bulliciosa actividad, sobre un manto de sílice, todo, antes de la evolución, son motivos de intensos pigmentos, para siete grandes temas de reflexión».